Estaba viendo un debate en CNN plus acerca del concierto que Juanes dio en La Habana cuando, en medio del desvarío colectivo, una periodista de EL PAÍS, Maite Rico, se refirió al concierto que el mismo cantante, hace un año, hizo en la frontera de Venezuela y Colombia. La periodista hablo "sobre el peligro de igualar a dos interlocutores como Colombia y Venezuela ya que Hugo Chávez apoya al grupo guerrillero de las FARC y Colombia tiene que sufrir las consecuencias". Bien, voy a explicar por qué, en realidad, no se puede igualar a estos dos países y más en concreto a sus dos presidentes, Álvaro Uribe y Hugo Chávez, sin esperar que los grandes medios de comunicación españoles lo quieran entender.
El presidente Chávez se ha ofrecido en diversas ocasiones a ser un negociador entre las FARC(no apoyar) y el gobierno, dándose grandes logros cuando así ha sido: liberando a rehenes secuestrados por el grupo guerrillero. El problema radica en que las personas que se ofrecen como negociadoras, caso, también, de la diputada Soledad Córdoba, son calificadas inmediatamente por el gobierno de Uribe y los medios afines como amigos del terrorismo o incluso como terroristas. Dicha acusación hace eco en los medios de comunicación extranjeros que la adoptan y parecen apoyar los métodos con los que el presidente colombiano combate a las FARC. Estos métodos consisten en una supresión de los derechos civiles a los ciudadanos colombianos y, claro esta, son los campesinos los que más sufren dicha política. Uribe, relacionado con el paramilitarismo, permite cualquier daño colateral con tal de que los resultados sean, desde su punto de vista, satisfactorios. Lo que los medios de comunicación españoles parecen desconocer es que estos resultados llegan después de unos procesos criminales. Por ejemplo, no son pocos los casos en los que militares colombianos han asesinado a sangre fría a algún campesino y después lo han vestido de guerrillero consiguiendo así una recompensa. Los informes de Human Rights Watch han abierto continuas heridas en el gobierno Uribe. Estos informes han demostrado como Uribe entorpece a la justicia cuando ésta investiga a las mafias paramilitares y acusan a las fuerzas armadas de violar los derechos humanos en cantidades tres veces mayores que las FARC, el ELN y los paramilitares.
En mi opinión, esto nos hace ver que Maite Rico tenía razón en que "los interlocutores no son igualables" pero debió confundirse en dar como razón a Hugo Chávez y no a Álvaro Uribe. El bombardeo ideológico que se somete a los españoles desde los grandes medios de comunicación para construir una imagen satanizada de Hugo Cháves es impresentable. Diga lo que diga el presidente venezolano será vilipendiado por cualquier motivo sin importar la veracidad del mismo.
Ocultar, MAL. Mentir, PEOR.
El presidente Chávez se ha ofrecido en diversas ocasiones a ser un negociador entre las FARC(no apoyar) y el gobierno, dándose grandes logros cuando así ha sido: liberando a rehenes secuestrados por el grupo guerrillero. El problema radica en que las personas que se ofrecen como negociadoras, caso, también, de la diputada Soledad Córdoba, son calificadas inmediatamente por el gobierno de Uribe y los medios afines como amigos del terrorismo o incluso como terroristas. Dicha acusación hace eco en los medios de comunicación extranjeros que la adoptan y parecen apoyar los métodos con los que el presidente colombiano combate a las FARC. Estos métodos consisten en una supresión de los derechos civiles a los ciudadanos colombianos y, claro esta, son los campesinos los que más sufren dicha política. Uribe, relacionado con el paramilitarismo, permite cualquier daño colateral con tal de que los resultados sean, desde su punto de vista, satisfactorios. Lo que los medios de comunicación españoles parecen desconocer es que estos resultados llegan después de unos procesos criminales. Por ejemplo, no son pocos los casos en los que militares colombianos han asesinado a sangre fría a algún campesino y después lo han vestido de guerrillero consiguiendo así una recompensa. Los informes de Human Rights Watch han abierto continuas heridas en el gobierno Uribe. Estos informes han demostrado como Uribe entorpece a la justicia cuando ésta investiga a las mafias paramilitares y acusan a las fuerzas armadas de violar los derechos humanos en cantidades tres veces mayores que las FARC, el ELN y los paramilitares.
En mi opinión, esto nos hace ver que Maite Rico tenía razón en que "los interlocutores no son igualables" pero debió confundirse en dar como razón a Hugo Chávez y no a Álvaro Uribe. El bombardeo ideológico que se somete a los españoles desde los grandes medios de comunicación para construir una imagen satanizada de Hugo Cháves es impresentable. Diga lo que diga el presidente venezolano será vilipendiado por cualquier motivo sin importar la veracidad del mismo.
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2 comentarios:
El doble rasero está a la orden del día. Al parecer no existe en el globo mas dictadura que la cubana ni demonio mas terrible que Chavez. Todo lo que tenga cierta "apariencia" de democracia, aunque solo sea formal, es válido.
Muy cierto Mafalda, tenemos el ejemplo de Rusia que parece contentar a los países occidentales con su sistema tenebroso de gobierno. Parece que Cuba o Venezuela no tienen el poder suficiente para ser respetados. Que pena.
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